lunes, 30 de agosto de 2010
Siempre con ganas de más
Un beso no tan largo como te gustaría. Palabras cariñosas que nunca se dicen. Ver que abre la boca pero finalmente no habla. Un gesto hacia ti que no llega a tocarte. El cruce de miradas que acaba pronto porque la aparta. Una historia que parecía tan buena y resulta no serlo. Un regalo de cumpleaños mediocre de quien no te esperabas. La esperanza destruida al finalizar el día y darte cuenta de que falta alguien por llamarte. Mirar el móvil para ver la hora y no acordarte de ella al segundo. Que se lleve tu plato el camarero cuando ibas a mojar el último trozo de pan. Que te arrebaten el último trago de tu vaso. La melodía que escuchas pero no logras identificar. La incertidumbre al escrutar su expresión. El recorrido de tus ojos por el cielo tras ver una estrella fugaz. Poner una canción y que se corte antes de llegar al estribillo. Que te llamen cuando vas por la última página. Despertar y sentir que has dormido un segundo. El ruido que interrumpe un sueño de esos de los que te acuerdas. La frase "ya te contaré que ahora mismo no puedo". Una despedida. Cuando para de caer agua de la ducha. Agotar un bote de ketchup. La publicidad en el último minuto de película. El límite de Megavideo. Un abrazo demasiado corto. Que no te salgan las palabras. Un estornudo que no sale. Un pincho de aceitunas. El teléfono que se corta cuando te iban a decir lo importante. Cuando no llama. Mandar un mensaje y esperar esa respuesta que parece nunca llega. Que se apague el ordenador cuando queda el 1% para completar. Acabarse las palomitas y buscar en la bolsa las que estaban a punto de explotar. Un camino de huellas que se corta en medio de la nada. Sólo dos besos y hace meses que me moría por verte. A punto de lamer el helado y se cae. Aunque corriendo, llegar a la parada pero no darte tiempo a coger el autobús que se está yendo. Un cigarro entre cuatro. Después de esa noche esperar su llamada. Jugar al bingo sin éxito. Buscar el frío bajo la almohada en una noche calurosa. Encontrar más ejemplos. Vivir.
jueves, 12 de agosto de 2010
Like a star...

Hace poco comenzaron las lágrimas de San Lorenzo. Ayer mismo unas amigas, mi hermano y yo nos alejamos un tanto de la civilización para poder apreciar las estrellas en condiciones. En total vi como unas cuatro estrellas fugaces. Sinceramente, nunca había visto tantas seguidas y de esa forma.
Es algo fabuloso, como una cosa puede ser a la vez tan luminosa, mágica y a la vez tan fugaz. Pensándolo con detenimiento, es como la propia vida.
Luminosa. Cual estrella que surca el cielo, al nacer, nosotros tratamos desde el principio de destacar, tratamos de que aunque sea por una milésima de segundo se nos tenga en cuenta, atraer la atención de los demás. Queremos que se maravillen con nosotros, con nuestra aptitud, pensamientos, que se embelesen con nuestro rastro luminoso y que en sus caras se dibuje una sonrisa bobalicona sólo por el hecho de habernos visto pasar.
Mágica. Que de dos células microscópicas pueda surgir algo tan complejo y maravilloso como es la vida, parece cosa de magia. Por supuesto, todo tiene su explicación, sin embargo siempre es necesario creer en algo. No hablo de religiones ni fe en nada, se puede creer simplemente en los principios éticos de cada uno. Y parece cosa de magia que el ser humano, pese a las diferencias entre los de su especie haya logrado sobrevivir tantísimo tiempo sin desaparecer.
Fugaz. La vida es un suspiro. No hay tiempo apenas para planteársela, ¿la solución? limitarse a vivirla y a disfrutarla. No pensar en el mañana.
La vida planteada como una metáfora de una estrella fugaz. Sin embargo, esta metáfora es aplicable a muchos más conceptos. Por supuesto, el amor.¿Alguien se atreve a negarme que el amor no es como una brillante luz mágica, sin embargo, en la mayoría de los casos efímero?
No soy pesimista, pero todo lo que empieza, tiene un final. Nuestro gran problema es que ese final, casi siempre nos destroza. Duele ver como esa luz se apaga, como esa magia desaparece para dar paso a una realidad en la que sólo nos vemos a nosotros mismos en el espejo. Sentimos como si desapareciera una parte importante que nos pertenecía. Entonces, ¿que hacer?
Es muy simple. Cuando vemos una estrella fugaz la emoción nos embarga, nos sentimos felices por haberla visto, pero al ser tan rápida lamentamos no haber podido disfrutar por más tiempo de su fulgor. Lo siguiente que sentimos es desorientación. Escrutamos el cielo en busca de una nueva estrella fugaz que nos haga sentir lo mismo, y por un momento experimentamos un tanto de desesperación por no encontrarla.
Tal vez aparezca otra o tal vez no. Podemos dejar que nuestra mente se relaje viendo el cielo y tal vez con suerte y sin que lo busquemos aparezca por fin esa estrella que tanto ansiábamos, pero no debemos sufrir por ello, sino disfrutar en el camino.
Lo que no te mata te hace más fuerte.
miércoles, 28 de julio de 2010
Un pequeño paso para España, un Gran Paso para los toros
"¿Pero es que acaso sabemos si el toro sufre?", estas palabras salieron de boca de la "periodista" Ana Rosa Quintana, de cuya profesionalidad dudo y casposidad cada día estoy más convencida, durante un debate acerca de la tauromaquia. Palabras como estas definen la incultura y la falta de humanidad de muchos españoles.
Pero hoy se le ha hecho una pequeña llave a la incultura, un avance que ,espero, sólo sea el principio de un progreso en este país. Hoy, en Cataluña, se han prohibido las corridas de toros. Una práctica brutal que únicamente servía como pasatiempo para grandes personalidades y como fuente de ingresos a cambio del sufrimiento de un animal.
Toreros, tras conocer la decisión del Parlamento, derramaban sus lágrimas y con gran hipocresía tildaban esta prohibición de "censora de libertad". Afirmación que deberían pensar antes de hacer ya que, son ellos mismos los que coartan de libertad a un pobre animal; los que le hacen sufrir; los que le marean; los que, por si no fuera poco con humillarles, le clavan una puntilla y le dejan que se desangre vivo, mientras reciben una gran oleada de aplausos.
Lo más triste de todo es que a España se la reconoce en todo el mundo por este tipo de actos. ¿De verdad la imagen que queremos proyectar es la de unos sadomasoquistas asesinos y maltratadores de animales? Pues bien, parece ser que muchos sí y de hecho lo consiguen. Así ocurre ahora, que en otros países al enterarse de la noticia se han quedado pasmados.
La cuna del toreo, Cataluña, ha dado ejemplo y ha mostrado el principio del avance; donde nació comienza a morir. Espero que esto cambie las mentalidades de mis conciudadanos y que la gente sea capaz de mirar un poco más allá y darse cuenta de la atrocidad que esta celebración significa. Lo llaman cultura, arte...el sufrimiento no se puede considerar eso.
Y desde aquí digo que el estar en contra del toreo no significa que se sea menos español, como muchos pro-taurinos piensan, yo soy española, estoy orgullosa de mi país, pero no por ello voy a dejar de condenar la tauromaquia. Precisamente porque quiero a mi país, quiero que éste avance y no se quede atascado en la Edad Media.
Por último, a la recogida de firmas, a la votación del Parlamento, y a la gente que hoy ha hecho que este pequeño cambio sea posible, les digo: ¡OLÉ, OLÉ Y OLÉ!
Pero hoy se le ha hecho una pequeña llave a la incultura, un avance que ,espero, sólo sea el principio de un progreso en este país. Hoy, en Cataluña, se han prohibido las corridas de toros. Una práctica brutal que únicamente servía como pasatiempo para grandes personalidades y como fuente de ingresos a cambio del sufrimiento de un animal.
Toreros, tras conocer la decisión del Parlamento, derramaban sus lágrimas y con gran hipocresía tildaban esta prohibición de "censora de libertad". Afirmación que deberían pensar antes de hacer ya que, son ellos mismos los que coartan de libertad a un pobre animal; los que le hacen sufrir; los que le marean; los que, por si no fuera poco con humillarles, le clavan una puntilla y le dejan que se desangre vivo, mientras reciben una gran oleada de aplausos.
Lo más triste de todo es que a España se la reconoce en todo el mundo por este tipo de actos. ¿De verdad la imagen que queremos proyectar es la de unos sadomasoquistas asesinos y maltratadores de animales? Pues bien, parece ser que muchos sí y de hecho lo consiguen. Así ocurre ahora, que en otros países al enterarse de la noticia se han quedado pasmados.
La cuna del toreo, Cataluña, ha dado ejemplo y ha mostrado el principio del avance; donde nació comienza a morir. Espero que esto cambie las mentalidades de mis conciudadanos y que la gente sea capaz de mirar un poco más allá y darse cuenta de la atrocidad que esta celebración significa. Lo llaman cultura, arte...el sufrimiento no se puede considerar eso.
Y desde aquí digo que el estar en contra del toreo no significa que se sea menos español, como muchos pro-taurinos piensan, yo soy española, estoy orgullosa de mi país, pero no por ello voy a dejar de condenar la tauromaquia. Precisamente porque quiero a mi país, quiero que éste avance y no se quede atascado en la Edad Media.
Por último, a la recogida de firmas, a la votación del Parlamento, y a la gente que hoy ha hecho que este pequeño cambio sea posible, les digo: ¡OLÉ, OLÉ Y OLÉ!
miércoles, 30 de junio de 2010
Pequeñas ovejas intransigentes
¿Qué derecho te crees que tienes de mandarme callar? ¿Quién te ha dicho que tú tengas razón y yo no? ¿Acaso tus ideales son mejores que los míos? Entonces, ¿por qué tratas de imponérmelos? La respuesta es muy simple: porque la única manera que tienes de que alguien comparta tu opinión es imponiéndola por la fuerza.
No sabes razonar, de hecho dudo que poseas razón. Tratas a los que son diferentes como seres inferiores por el simple hecho de no ser como tú, o de no pensar como tú. Plantéatelo, ¿crees que si todo el mundo fuera como tú quedaría alguien sobre la faz de la tierra? Pues no, porque si cada uno nos dedicamos a presionar e imponer nadie cede.
No te estoy hablando de anarquía, no te confundas, te estoy hablando de algo mucho más sencillo, el respeto. El respeto hacia los demás, hacia la raza humana, hacia ti mismo. En este caso, respeto no implica obediencia pura y dura, simplemente significa ser objetivos, abiertos, ver más allá de tus propias narices. ¿Tienes miedo? Jamás lo vas a admitir, lo que no entiendo entonces es porqué lo condenas. No se puede generalizar, no todos vamos en el mismo saco, eso es precisamente lo magnífico del hombre, que cada uno somos distinto. ¿De veras crees que la vida tendría sentido si fuéramos clones? No, y por eso vuelvo a preguntarme ¿por qué castigas lo diferente? ¿Por qué lo odias? Para odiar algo, primero tienes que haberlo querido, tienes que haber sufrido una gran decepción o te tiene que haber hecho mucho daño, sin embargo no puedes pretender odiar a un gran grupo. No conoces ni conocerás a cada integrante de él. Por eso mismo no tienes ningún derecho a juzgar sin saber, y mucho menos a tratar de deshacerte de ello.
Mucho hablar todo el día del paro, de la vivienda, de política, de sexo, de alcohol y drogas; son temas importantes, no lo pongo en duda, pero ¿qué hay de los valores primeros? Están olvidados. A casi nadie le importa la gente que cada día sufre maltratos o discriminaciones sólo por el hecho de haber nacido diferente. A esa persona cuando nació nadie le dio a elegir, al igual que a ninguno de nosotros, sin embargo hay gente que se cree capaz de decidir que así fue. Una justicia divina que Dios sabe quién le otorgó, hace que esa persona juzgue y actúe según su santo criterio, y a quien le pese… ¡también será juzgado! Y bajo esa norma impuesta no tendrá ni voz ni voto.
Si, así va el mundo, y si sigues creyendo que haces lo correcto al final todo se irá a la mierda. Porque gente como tú, desgraciadamente, hay mucha y la imposición del pensamiento es algo que muchos seres humanos tienden a hacer. Aunque mi cuestión es: ¿qué tenéis pensado hacer cuando todos llevéis a cabo esta forma de ser? Si todos tratáis de imponer lo que pensáis, finalmente ¿quién se llevará la razón?
Pues ocurrirá lo que ocurre siempre, habrá un líder. Como bien dice la frase “en el país de los ciegos el tuerto es el rey”, siempre habrá alguien con mayor apoyo que os acabará dominando a todos. Y aquellas grandes ideas que tratabais de que fueran la única idea, todas ellas, se irán condensando en una gran nube sin importancia, donde sólo quedarán resquicios de pensamientos que tengáis todos en común, pero que sobre todo tenga vuestro líder. Y cómo no, alzaréis vuestra cabeza y balaréis al unísono como buen rebaño que sois dando gracias por no ser diferentes.
No sabes razonar, de hecho dudo que poseas razón. Tratas a los que son diferentes como seres inferiores por el simple hecho de no ser como tú, o de no pensar como tú. Plantéatelo, ¿crees que si todo el mundo fuera como tú quedaría alguien sobre la faz de la tierra? Pues no, porque si cada uno nos dedicamos a presionar e imponer nadie cede.
No te estoy hablando de anarquía, no te confundas, te estoy hablando de algo mucho más sencillo, el respeto. El respeto hacia los demás, hacia la raza humana, hacia ti mismo. En este caso, respeto no implica obediencia pura y dura, simplemente significa ser objetivos, abiertos, ver más allá de tus propias narices. ¿Tienes miedo? Jamás lo vas a admitir, lo que no entiendo entonces es porqué lo condenas. No se puede generalizar, no todos vamos en el mismo saco, eso es precisamente lo magnífico del hombre, que cada uno somos distinto. ¿De veras crees que la vida tendría sentido si fuéramos clones? No, y por eso vuelvo a preguntarme ¿por qué castigas lo diferente? ¿Por qué lo odias? Para odiar algo, primero tienes que haberlo querido, tienes que haber sufrido una gran decepción o te tiene que haber hecho mucho daño, sin embargo no puedes pretender odiar a un gran grupo. No conoces ni conocerás a cada integrante de él. Por eso mismo no tienes ningún derecho a juzgar sin saber, y mucho menos a tratar de deshacerte de ello.
Mucho hablar todo el día del paro, de la vivienda, de política, de sexo, de alcohol y drogas; son temas importantes, no lo pongo en duda, pero ¿qué hay de los valores primeros? Están olvidados. A casi nadie le importa la gente que cada día sufre maltratos o discriminaciones sólo por el hecho de haber nacido diferente. A esa persona cuando nació nadie le dio a elegir, al igual que a ninguno de nosotros, sin embargo hay gente que se cree capaz de decidir que así fue. Una justicia divina que Dios sabe quién le otorgó, hace que esa persona juzgue y actúe según su santo criterio, y a quien le pese… ¡también será juzgado! Y bajo esa norma impuesta no tendrá ni voz ni voto.
Si, así va el mundo, y si sigues creyendo que haces lo correcto al final todo se irá a la mierda. Porque gente como tú, desgraciadamente, hay mucha y la imposición del pensamiento es algo que muchos seres humanos tienden a hacer. Aunque mi cuestión es: ¿qué tenéis pensado hacer cuando todos llevéis a cabo esta forma de ser? Si todos tratáis de imponer lo que pensáis, finalmente ¿quién se llevará la razón?
Pues ocurrirá lo que ocurre siempre, habrá un líder. Como bien dice la frase “en el país de los ciegos el tuerto es el rey”, siempre habrá alguien con mayor apoyo que os acabará dominando a todos. Y aquellas grandes ideas que tratabais de que fueran la única idea, todas ellas, se irán condensando en una gran nube sin importancia, donde sólo quedarán resquicios de pensamientos que tengáis todos en común, pero que sobre todo tenga vuestro líder. Y cómo no, alzaréis vuestra cabeza y balaréis al unísono como buen rebaño que sois dando gracias por no ser diferentes.
jueves, 10 de junio de 2010
Soledad dispersa
En serio, ¿qué le he hecho al mundo?Hoy ha sido uno de los días más vacíos que he tenido desde hacía ya mucho tiempo, y ¿a quién cojones le importa eso? Yo me respondo: a nadie.
Uno de esos días que necesitas hablar, desahogarte, llorar, que alguien trate de arrancarte una sonrisa, de que se preocupen un poco por ti, que piensas que si no te hubieras levantado de la cama habrías obtenido la misma satisfacción que habiéndolo hecho...un día que no es de los mejores, y sin embargo...no hay nadie con el que hayas podido hablar todo lo que quisieras, ni con el que te hayas podido tumbar y dejar fluir las palabras, nadie con quien poder llorar y explotar, nadie que se haya preocupado por cómo estés, nadie que te haya alegrado el día con un simple gesto... ni un solo abrazo hoy, ni un beso en la mejilla por parte de nadie, una mirada cómplice o un te quiero. Nada. Me he dado cuenta de que me tengo a mí misma,al final de todo soy lo único que tengo y me quiero.
Eso parece que está considerado un delito, no por ello descuido a los demás ni dejan de preocuparme, todo lo contrario, pero ¿tan malo es que merezco que un día el mundo me de la espalda? Sé que nadie se dará por aludido, sobre todo porque la mayoría no es consciente y al final no soy la única que puede pensar en sí misma, pero hay cosas que duelen. He perdido parte de mi pasado y tristemente he perdido algo de mi presente, no sé cómo ha ocurrido, pero duele. Como dice una frase de una de mis películas favoritas "... pero yo no quería vivir en ningún sitio". Ahora mismo yo tampoco, me gustaría desaparecer no sé, dejar de lado las preocupaciones. Hace poco escribí acerca de la felicidad, con esto no estoy renegando de aquellas palabras, las mantengo.
Pero todos tenemos días malos y necesitamos desahogarnos, y ya que hoy no ha habido nadie a quien esto le haya interesado, he vuelto a donde antes decía: a contármelo a mí misma. ¿el colmo del egoísmo? Egoísmo no señores, es que sino me escucho yo, no sé quién cojones lo va a hacer.
Pese a esto, hay personas que siempre están ahí, aunque estén lejos y apenas hablemos con ellas, pero se sabe que se puede contar con ellas. Esas personas son las únicas que ahora mismo me ofrecen un poco de ilusión. Con esto, respiro hondo y leo lo que escribí sobre la felicidad: mañana será otro día.
Uno de esos días que necesitas hablar, desahogarte, llorar, que alguien trate de arrancarte una sonrisa, de que se preocupen un poco por ti, que piensas que si no te hubieras levantado de la cama habrías obtenido la misma satisfacción que habiéndolo hecho...un día que no es de los mejores, y sin embargo...no hay nadie con el que hayas podido hablar todo lo que quisieras, ni con el que te hayas podido tumbar y dejar fluir las palabras, nadie con quien poder llorar y explotar, nadie que se haya preocupado por cómo estés, nadie que te haya alegrado el día con un simple gesto... ni un solo abrazo hoy, ni un beso en la mejilla por parte de nadie, una mirada cómplice o un te quiero. Nada. Me he dado cuenta de que me tengo a mí misma,al final de todo soy lo único que tengo y me quiero.
Eso parece que está considerado un delito, no por ello descuido a los demás ni dejan de preocuparme, todo lo contrario, pero ¿tan malo es que merezco que un día el mundo me de la espalda? Sé que nadie se dará por aludido, sobre todo porque la mayoría no es consciente y al final no soy la única que puede pensar en sí misma, pero hay cosas que duelen. He perdido parte de mi pasado y tristemente he perdido algo de mi presente, no sé cómo ha ocurrido, pero duele. Como dice una frase de una de mis películas favoritas "... pero yo no quería vivir en ningún sitio". Ahora mismo yo tampoco, me gustaría desaparecer no sé, dejar de lado las preocupaciones. Hace poco escribí acerca de la felicidad, con esto no estoy renegando de aquellas palabras, las mantengo.
Pero todos tenemos días malos y necesitamos desahogarnos, y ya que hoy no ha habido nadie a quien esto le haya interesado, he vuelto a donde antes decía: a contármelo a mí misma. ¿el colmo del egoísmo? Egoísmo no señores, es que sino me escucho yo, no sé quién cojones lo va a hacer.
Pese a esto, hay personas que siempre están ahí, aunque estén lejos y apenas hablemos con ellas, pero se sabe que se puede contar con ellas. Esas personas son las únicas que ahora mismo me ofrecen un poco de ilusión. Con esto, respiro hondo y leo lo que escribí sobre la felicidad: mañana será otro día.
lunes, 31 de mayo de 2010
¿Medio lleno o medio roto?

Poco a poco las comisuras de mis labios se tensan hacia arriba. Unas pequeñas arrugas se forman en el contorno de mis ojos y mis mejillas se elevan. Todo esto me ocurre de forma involuntaria. Y todo porque me he dicho a mí misma: sonríe. Me estaba planteando sobre qué podía escribir, acababa recurriendo a temas bastante tristes y existenciales, de los cuales me gusta hablar, pero de los cuales también necesito desconectar a veces. Quería algo positivo, necesitaba gritar al mundo ¡que me apetece sonreír!¡que quiero gritar de emoción! lástima no poder saltar mientras escribo, de poder ser así ahora mismo las nubes me mirarían desde abajo planteándose que clase de poder me impulsó hasta allí.
No tengo motivo en concreto para estar así, sin embargo ¿acaso es necesario?. Hay días en los que sin saber porqué te levantas y sientes que es un mal día, a partir de ahí todo te sale mal y no ves el vaso medio vacío no, lo ves enteramente vacío. Esos días nadie los discute porque parece comprenderlo todo el mundo, entonces ¿porque la gente no comprende de igual forma los días felices sin más? ¿Es que tiene que haber una razón para todo? Señoras y señores esta mañana me quedé dormida dos horas después de que sonara mi despertador, no tengo tabaco y cuando he salido de la ducha he roto un vaso en el baño que se ha roto en mil pedazos,mañana tengo un examen, pero ¿saben qué? ¡me da igual! Estoy sonriendo. Cada día es un regalo de la vida que hay que disfrutar. Si hoy sonrío mañana podré volver a llorar, ¿quién sabe? a lo mejor vuelvo a sonreír. Por eso agradezco tener una vida, porque cada día es una aventura que nunca sabemos que nos deparará. ¿Felicidad? Siento tener que desechar esa idea de mi mente. La felicidad no existe, como bien decía la canción, lo que existen son los momentos felices. Realmente son los que dan sentido a la existencia. Todo lo que hacemos es por el fin de alcanzarla. Lo bueno no es alcanzarla sino disfrutar del trayecto. Esta felicidad plena no existe, tan sólo existe para aquellas personas insensibles diría yo, ya que todo no puede ser perfecto, siempre hay algo que puede mejorar. Lo que hay que hacer es disfrutar de aquellas cosas casi perfectas, alegrarse, dejar que esa sonrisa nos envuelva y que el aire entre en nuestros pulmones llenando los huecos que las tragedias nos dejan. Es un relleno simbólico, porque hay huecos que jamás se podrán volver a tapar. Pese a ello no debemos amargarnos al pensar en que ya terminó, en que no volverá a ocurrir sino que debemos alegrarnos porque algún día ocurrió, o porque alguna vez nos sentimos felices con ello.
Olvida todo lo malo que te haya pasado hoy. Chasquea tus dedos y déjate llevar por una música que no existe pero que tú conoces. Esa música que todos llevamos dentro. En la que pensamos cuando nos dejamos llevar, cuando actuamos sin pensar, cuando reímos a carcajadas, cuando nos sentimos despreocupados...la que va acompañada de esa sensación que te sube por la espalda.
Ojalá pudiera describiros cómo estoy ahora mismo. Lo intentaré: Estoy escuchando música (MIKA gracias, este hombre me ha animado muchísimo siempre), estoy sentada en la cama y mis pies no pueden parar de moverse, son la parte de mi cuerpo que baila porque yo estoy tratando de escribir a la vez que disfrutando del momento. De vez en cuando mis brazos se separan del teclado y se unen a mis pies en el acompañamiento de la música y desde que he escrito la primera línea no he dejado de sonreír.
Con tan sólo pensar "quiero sonreír" se consigue y es una droga, la mejor y más sana del mundo. Nada en esta vida es suficiente como para hacer que nunca más seamos capaces de sonreír. Las únicas cosas que debemos permitir en algún momento que nos pongan tristes o ablanden nuestra felicidad, son las cosas que en algún otro momento nos produjeron cierta satisfacción. Pero debemos de saber valorar si compensa nuestra tristeza con la felicidad que fueron capaces de hacernos sentir.
El vaso no siempre está medio lleno, sin embargo podemos rellenarlo hasta que esté completamente lleno. Todo depende de nosotros mismos. Así que no creas que hace falta una preparación específica para lograrlo, tan sólo hazlo.
sábado, 29 de mayo de 2010
El día en que los recuerdos nublaron mi mente...
No puedo dejar pasar más tiempo. Tengo demasiadas cosas en mente guardadas, necesito un respiro. Es que así no hay quién estudie. Ayer fue un día bastante raro. Volví al pasado, en casi todas sus formas. Sin darme cuenta, la peor temporada de mi vida me vino al recuerdo de golpe y me dejó K.O. Lo peor no es sólo haberlo recordado, sino haberme dado cuenta de más cosas que antes no había entendido.
Pensaba que tan sólo yo era sufridora de mis propios actos, sin embargo ayer me di cuenta que una de las personas a las que más quiero en esta vida, lo pasó incluso peor que yo. Le hice sufrir. Además de haber estado mal fui una egoísta. Me doy cuenta de que únicamente pensaba en mí: en MIS "enfermedades", en MIS ansiedades, en MIS depresiones, en MIS notas, en MI estado de ánimo, en MI, en MI, ¡en MI! ¡Joder! ¿y qué pasaba con MI familia?¿y MIS amigos? ¿al estar fuera de MI persona ya no tenían importancia? Ayer me planteaba porqué cojones había tenido que tomar yo pastillas, porqué bebí los vientos por un médico que sólo me aumentaba la dosis...hablando con ella me di cuenta de que no todo era como siempre había pensado. Siempre creí que yo sola había sido la víctima, sin embargo todo cuanto había a mi alrededor pasó a serlo también. Lo único que se me ocurre decir es lo siento.
Siguiendo con el día de ayer más recuerdos me asaltaron, creía que ya lo tenía superado, pero con unas pocas fotos antiguas todo cambia. Era la impotencia la que empujaba a las lágrimas fuera de mis ojos. Impotencia no por tratar de cambiar el pasado, sino ese sentimiento de nostalgia fortísima que te atraviesa desde el pecho hasta la garganta, ese sentimiento que te impide tragar e incluso respirar, ese sentimiento que intentas no oir en tu cabeza. Lo sientes pero no lo escuchas, porque tratas de mantener una llama encendida dentro de tí para que siempre quede el recuerdo y la esperanza. Pero que sin embargo te hace saber que no la volverás a ver nunca más. También lo siento, por no haberte dicho nunca todo lo que te quería ni haberte entendido mejor. Otra vez yo misma me traicioné, pensando sólo en MÍ, en MÍ misma y en MIS problemas. Lo siento.
Tras un día lleno de recuerdos que me hicieron menguar, llegó un momento en el que no sabía qué hacer: estaba en mi habitación, no quería comer, ni fumar, ni moverme, podría permanecer sentada en la silla de mi escritorio eternamente que apenas notaría algo. No era tristeza lo que sentía, ni impotencia, tan sólo estaba bloqueada y pendiente de seguir consciente. Por suerte unas palabras bonitas hicieron que saliera de mi letargo y me animaron el día. Puede parecer una estupidez o todo lo contrario: que dé demasiada importancia a esas palabras. Cualquier otro día a lo mejor unas simples palabras hubieran pasado apenas por un simple elogio para mí, sin embargo, ayer, esas simples palabras me hicieron sonreír y volver a la realidad: a la dura, jodida y sin embargo a veces dulce y apacible realidad. Aunque no sepas ni de la existencia de esto: GRACIAS, no creo que seas consciente de lo que unas míseras palabras pueden hacer por una persona en el momento oportuno.
Ayer, antes de dormir, me puse una película. Los tres caballeros. Recuerdo que cuando cuidabas de mí siempre la veía. Tal vez sólo yo me acuerde de esto, es lo más probable, pero lo sé. Como ya dije un día no necesito nada material para poder acordarme de tí. Acordarme significa haber olvidado previamente. De eso te aseguras tú apareciendo en mis sueños de vez en cuando, de que no haya olvido, y te lo aseguro: no lo hay.
Pensaba que tan sólo yo era sufridora de mis propios actos, sin embargo ayer me di cuenta que una de las personas a las que más quiero en esta vida, lo pasó incluso peor que yo. Le hice sufrir. Además de haber estado mal fui una egoísta. Me doy cuenta de que únicamente pensaba en mí: en MIS "enfermedades", en MIS ansiedades, en MIS depresiones, en MIS notas, en MI estado de ánimo, en MI, en MI, ¡en MI! ¡Joder! ¿y qué pasaba con MI familia?¿y MIS amigos? ¿al estar fuera de MI persona ya no tenían importancia? Ayer me planteaba porqué cojones había tenido que tomar yo pastillas, porqué bebí los vientos por un médico que sólo me aumentaba la dosis...hablando con ella me di cuenta de que no todo era como siempre había pensado. Siempre creí que yo sola había sido la víctima, sin embargo todo cuanto había a mi alrededor pasó a serlo también. Lo único que se me ocurre decir es lo siento.
Siguiendo con el día de ayer más recuerdos me asaltaron, creía que ya lo tenía superado, pero con unas pocas fotos antiguas todo cambia. Era la impotencia la que empujaba a las lágrimas fuera de mis ojos. Impotencia no por tratar de cambiar el pasado, sino ese sentimiento de nostalgia fortísima que te atraviesa desde el pecho hasta la garganta, ese sentimiento que te impide tragar e incluso respirar, ese sentimiento que intentas no oir en tu cabeza. Lo sientes pero no lo escuchas, porque tratas de mantener una llama encendida dentro de tí para que siempre quede el recuerdo y la esperanza. Pero que sin embargo te hace saber que no la volverás a ver nunca más. También lo siento, por no haberte dicho nunca todo lo que te quería ni haberte entendido mejor. Otra vez yo misma me traicioné, pensando sólo en MÍ, en MÍ misma y en MIS problemas. Lo siento.
Tras un día lleno de recuerdos que me hicieron menguar, llegó un momento en el que no sabía qué hacer: estaba en mi habitación, no quería comer, ni fumar, ni moverme, podría permanecer sentada en la silla de mi escritorio eternamente que apenas notaría algo. No era tristeza lo que sentía, ni impotencia, tan sólo estaba bloqueada y pendiente de seguir consciente. Por suerte unas palabras bonitas hicieron que saliera de mi letargo y me animaron el día. Puede parecer una estupidez o todo lo contrario: que dé demasiada importancia a esas palabras. Cualquier otro día a lo mejor unas simples palabras hubieran pasado apenas por un simple elogio para mí, sin embargo, ayer, esas simples palabras me hicieron sonreír y volver a la realidad: a la dura, jodida y sin embargo a veces dulce y apacible realidad. Aunque no sepas ni de la existencia de esto: GRACIAS, no creo que seas consciente de lo que unas míseras palabras pueden hacer por una persona en el momento oportuno.
Ayer, antes de dormir, me puse una película. Los tres caballeros. Recuerdo que cuando cuidabas de mí siempre la veía. Tal vez sólo yo me acuerde de esto, es lo más probable, pero lo sé. Como ya dije un día no necesito nada material para poder acordarme de tí. Acordarme significa haber olvidado previamente. De eso te aseguras tú apareciendo en mis sueños de vez en cuando, de que no haya olvido, y te lo aseguro: no lo hay.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)