domingo, 27 de diciembre de 2009

TRT

Se oyen voces en mitad de un parque, se distinguen a pesar del ruido de los coches que circulan cercanos. Los gritos de "¡Papá, papá!" resuenan entre las copas de los árboles. El ladrido de un perro indica que el mensaje a llegado a su dueño. Ese hombre desconocido se gira, desconcertado ante tal denominación por parte de la chica. ¡Papá! se sigue escuchando. "Papá" se gira y se da la vuelta indignado para continuar con su paseo habitual. ¡Tan sólo eran dos muchachas con sendas litronas de cerveza gritando sandeces!
Nunca había relatado este hecho de una manera más literaria, visto así hasta podríamos merecer unas memorias por lo ocurrido aunque, contando con cada una de nuestras historias, harían falta más de cien ejemplares.
Todo comenzó en el colegio. Me encontraba ya en los últimos cursos de primaria. Ella estaba en un curso superior y, no voy a negarlo, me inspiraba bastante temor. Era una de esas chicas que ves toda la vida pero que nunca llegas a conocer. El momento llegó años después, en tercero de la ESO. Por motivos de la vida acabó repitiendo el curso y nos encontramos en la misma clase. Una compañera más, ¿por qué iba a ser distinta? Poco a poco mis amigas fueron introduciéndola en el grupo, ¿y a mi qué?-me decía yo misma-pues una amiga más ya ves... nos llevábamos bien, como con cualquier otra persona del grupo. ¿Cómo sospechar que detrás de aquella aguda voz y aquellos rizos se iba a encontrar la que ha sido, es y será una de las personas más especiales en mi vida? Fue hace dos veranos cuando, no sé cómo exactamente, descubrí que no había otra igual que ella. Que no había otra tan excéntrica, tan divertida, tan comprensiva, tan admirable, que me conociera tan bien. En la mayoría de las ocasiones sobraban las palabras, ¿acaso es necesario hablar por hablar? Para nosotras no.
Un año, un infierno. Ella siempre a mi lado. ¿Lo que no rompió mi ansiedad acaso lo romperá la distancia? Es un pregunta simple con una respuesta obvia.
Me as animado a esto, es lo mínimo. Por una amiga
Sobran las palabras

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