Control, manipulación, conspiración.
Esta es la historia de Ignarus. Digamos que la fecha y el lugar de su nacimiento no son relevantes. Ignarus, tal y como querían sus padres desde antes de su concepción, practica la religión del Famulatus, ¿por qué no iba a hacerlo si es lo siempre ha hecho y ha visto hacer? Pues bien, nuestro protagonista no es más que un ciudadano. Es un número: un número de pie, un número de talla de pantalón, un número de cuenta bancaria, un número de la seguridad social, un número de identificación.
¿A qué se reduce la vida de Ignarus? La vida de Ignarus se basa en una serie de reacciones químicas y biológicas capaces de hacer que tenga lugar su existencia. Sin embargo, aquello a lo que llamaríamos consciencia y razón no podría ser tan real como creemos. Imagina el día a día de esta persona:
Suena una alarma, Ignarus se despierta programado por un despertador. Con lentitud apaga el aparato de marca Casio. Poco a poco se va levantando de su colchón Pikolín y camina por su casa con baldosas Pamesa. Tras tomar un rápido desayuno en su cocina Balay, que consistía en una taza de Nescafé y leche Central Lechera Asturiana, vuelve a su dormitorio y se viste con esos pantalones marrones de Springfield. Sale de su edificio construido por ACS y, subiendo a su coche Seat se dirige al trabajo.
Respecto al trabajo, ¿qué más da cual sea? Seguramente consista en hacer prácticamente lo mismo cada día, y ¿para qué?
- Para ganar un sueldo
- ¿Para qué utilizará ese sueldo?
- Para pagar sus impuestos, su casa y su comida
- Pero una casa es muy cara, ¿cómo podrá pagarla sólo con un sueldo mensual?
- Los bancos le ayudarán
- Qué amables y ¿sin pedir nada a cambio?
- Hombre...le piden que poco a poco les vaya devolviendo el dinero prestado y un pequeño porcentaje extra por haberle ayudado
- ¡Ah bueno! Pero...si Ignarus les ha pedido dinero es porque no tiene nada, ¿cómo va a devolver más dinero del que tiene?
- Pues...tendrá que trabajar más duro para poder ganar más dinero y así poder devolverlo.
- Pero si trabaja más y gana más dinero...entonces sus impuestos subirán y ¡entonces seguirá sin poder pagarlo! ¿Qué debe hacer entonces para cambiar esta situación?
- ...
¿Por qué un proceso sin salida, que tan sólo consiste en dar vueltas en un gran círculo vicioso, es llevado a cabo por prácticamente toda la población de occidente?
Porque como Ignarus, todos somos unas marionetas, somos unos meros títeres que tan sólo se dejan llevar por la masa y no piensan en el porqué de sus propios actos.
Ignarus fuma, ¿por qué? A quién le importa, lo hace y ya está. Y como él millones de personas. Es malo, claro que sí, pero da mucho dinero, entonces es malo pero necesario. ¿De verdad alguien se cree que haya algún mandatario preocupado por la salud de todos los ciudadanos? ERROR, nadie, salvo tú mismo eres el responsable de lo que te ocurra. A veces es incluso imposible que tú mismo lo seas.
O es que acaso ¿crees que la ropa que vistes te gusta?
¿crees que notarías la diferencia entre Central Lechera Asturiana y Pascual sino supieras de antemano que son distintas?
Por supuesto que no, no lo sabes, nadie lo sabe, porque únicamente estamos guiados por lo que los que sí que lo saben quieren.
Aquellos que controlan el dinero, ese dinero ficticio que ni siquiera tiene valor, aquellos son los que te dicen qué te tiene que gustar.
No es lo mismo una casa en ruinas que una casa rodeada de luz y arco iris. Todo está en cómo se perciba a simple vista, y de ello se encargan aquellos que nos manejan y manipulan. A través de los medios de comunicación, de las marcas comerciales, de las religiones, de la política y, cómo no, de las redes sociales.
El ser humano es complejo, pero a la vez increíblemente simple. No nos basta con que nos digan lo que tenemos que hacer, sino que además nos gusta.
Nos hacen creer que para que medio mundo pueda vivir a gusto, el otro tiene que estar muriéndose y pasándolas putas.
Hasta hace poco creía que esto era así, pero estoy segura de que no, porque hasta hace poco también creía que era libre.
Llamadlo Mito de la Caverna de Platón, llamadlo Matrix, llamadlo el Show de Truman, llamadlo como queráis, pero sed conscientes y abrid los ojos de una vez. No hay más ciego que el que no quiere ver.
sábado, 30 de julio de 2011
miércoles, 16 de marzo de 2011
El vivir de la existencia
Imagínate lo que tiene que ser dejar de sentir, imposible ¿verdad? ¿qué ocurriría si todo, de repente, desapareciera? ya no sólo uno mismo, porque eso todavía podría ser soportable, pero y ¿qué hay de aquéllos que no hubieran tenido la oportunidad de conocer la vida? supongo que al no haber existido aún no tiene importancia, pero quién sabe, acaso si están esperando su turno quedarían frustrados al ver que la vida cierra sus puertas. No creo en el limbo ni en los fantasmas, pero ¿qué creer a estas alturas?
Miedo. Siento miedo, no a morir, pues a todos nos tocará algún día, sin embargo amo la vida. Adoro la existencia y siento miedo de pensar que ésta pueda dejar de existir en algún momento. Si todo desapareciera ¿para qué habría ocurrido nada?
De acuerdo, somos mera casualidad, nuestra existencia se basa en puras coincidencias y una serie de condiciones químicas y físicas. Pero llegar a estas conclusiones también tendrá una razón ¿o no?
¿Acaso el primer hombre con capacidad de pensar que hubo en la Tierra no se hizo preguntas? Quizá se dijo a sí mismo: ¿seré o dejaré de ser en este instante?
Tal vez seamos producto de la imaginación de algo que no podamos nunca llegar a entender o..¿quién sabe?
Hay días que me preguntó quién me dio el don para poder pensar, me gustaría tener unas palabras con él.
Sin llegar a ninguna conclusión, concluyo, apegada al vivir de la existencia.
Miedo. Siento miedo, no a morir, pues a todos nos tocará algún día, sin embargo amo la vida. Adoro la existencia y siento miedo de pensar que ésta pueda dejar de existir en algún momento. Si todo desapareciera ¿para qué habría ocurrido nada?
De acuerdo, somos mera casualidad, nuestra existencia se basa en puras coincidencias y una serie de condiciones químicas y físicas. Pero llegar a estas conclusiones también tendrá una razón ¿o no?
¿Acaso el primer hombre con capacidad de pensar que hubo en la Tierra no se hizo preguntas? Quizá se dijo a sí mismo: ¿seré o dejaré de ser en este instante?
Tal vez seamos producto de la imaginación de algo que no podamos nunca llegar a entender o..¿quién sabe?
Hay días que me preguntó quién me dio el don para poder pensar, me gustaría tener unas palabras con él.
Sin llegar a ninguna conclusión, concluyo, apegada al vivir de la existencia.
viernes, 25 de febrero de 2011
En sus botones
¿Cómo escapar de algo de lo que sabes que no podrás? Parece un trabalenguas, sin embargo es algo que a todos nos ha pasado alguna vez.
Sabes que hay algo que te puede hacer daño. Además tienes la sensación de que si te acercas un poco más no habrá vuelta atrás, y eso te destroza. Nadie te ha dicho que te vaya a hacer daño necesariamente, no obstante hay algo en ti que te dice que así es.
Es un sentimiento extraño, no querer querer. Tal vez sólo tengas sujeto el puño de la manga de la chaqueta, pero te aferras a él por que no sabes qué ocurrirá si agarras la manga, y ya ni hablar de la chaqueta entera. A pesar de ello, nos encanta esa chaqueta y desearíamos tenerla puesta todo el tiempo. ¡Pero no! Es algo que nos negamos a pensar y por eso nos planteamos la pregunta del principio: ¿cómo escapar cuando sabes que no podrás?
Ojalá tuviera la respuesta, ojalá todo fuera tan fácil como ponerse la chaqueta sin pensar, sin temer que sus hilos se desvanezcan nada más abrocharnos el primer botón.
Escapar
Olvidar
Sentirse indiferente:
Imposible
Sólo observa la chaqueta, dale el uso que puedas y disfrútala, si se desvanece siempre puede aparecer una más bonita y que te siente mejor.
Sabes que hay algo que te puede hacer daño. Además tienes la sensación de que si te acercas un poco más no habrá vuelta atrás, y eso te destroza. Nadie te ha dicho que te vaya a hacer daño necesariamente, no obstante hay algo en ti que te dice que así es.
Es un sentimiento extraño, no querer querer. Tal vez sólo tengas sujeto el puño de la manga de la chaqueta, pero te aferras a él por que no sabes qué ocurrirá si agarras la manga, y ya ni hablar de la chaqueta entera. A pesar de ello, nos encanta esa chaqueta y desearíamos tenerla puesta todo el tiempo. ¡Pero no! Es algo que nos negamos a pensar y por eso nos planteamos la pregunta del principio: ¿cómo escapar cuando sabes que no podrás?
Ojalá tuviera la respuesta, ojalá todo fuera tan fácil como ponerse la chaqueta sin pensar, sin temer que sus hilos se desvanezcan nada más abrocharnos el primer botón.
Escapar
Olvidar
Sentirse indiferente:
Imposible
Sólo observa la chaqueta, dale el uso que puedas y disfrútala, si se desvanece siempre puede aparecer una más bonita y que te siente mejor.
sábado, 5 de febrero de 2011
Sin mirar el reloj
Cuando sientes que todo ha cambiado, cuando te das cuenta de que algo se está acabando, cuando al mirar atrás da un vuelco tu estómago porque te duele recordar, cuando te duele recordar porque hay cosas que no se volverán a repetir.
Sientes miedo, al qué pasará, a saber si todo podrá volver a ser como antes. Te da miedo hasta pensar. Algo que veías tan normal de repente se convierte en algo imprescindible en tu vida, porque sabes que era lo que la hacía especial. Esos pequeños detalles que día a día no tienes en cuenta son los que echas de menos, antes incluso de que pase el tiempo suficiente como para añorarlos.
Lo peor de todo es que no sabes qué es exactamente lo que ha cambiado y, sobre todo, no sabes de qué manera te va a repercutir. Tratas de imaginarlo, pero eso sólo te provoca un mayor malestar.
Pero, ¿sabes qué te digo? Que me da igual, que no puedo planear cada cosa que ocurre, que no puedo planificar cada salto de mi vida. Al igual que un sólo momento pudo cambiarlo todo, también puede haber otro nuevo que lo vuelva a cambiar. Por mucho que trate de controlarlo ocurrirá, no sé en qué sentido, nadie lo sabe. Sólo sé que hay cosas que siempre perduran, por eso no queda otra que ver hasta qué punto pueden hacerlo.
El tiempo es un arma que va en contra, que nos consume a cada paso, sin embargo también es el que nos enseña el camino y el que nos va aclarando dudas. Como decía la canción "¿Qué será, será? el tiempo nos lo dirá". Ojalá el tiempo juegue a nuestro favor. Si no, habrá que ser feliz de todas formas.
Sientes miedo, al qué pasará, a saber si todo podrá volver a ser como antes. Te da miedo hasta pensar. Algo que veías tan normal de repente se convierte en algo imprescindible en tu vida, porque sabes que era lo que la hacía especial. Esos pequeños detalles que día a día no tienes en cuenta son los que echas de menos, antes incluso de que pase el tiempo suficiente como para añorarlos.
Lo peor de todo es que no sabes qué es exactamente lo que ha cambiado y, sobre todo, no sabes de qué manera te va a repercutir. Tratas de imaginarlo, pero eso sólo te provoca un mayor malestar.
Pero, ¿sabes qué te digo? Que me da igual, que no puedo planear cada cosa que ocurre, que no puedo planificar cada salto de mi vida. Al igual que un sólo momento pudo cambiarlo todo, también puede haber otro nuevo que lo vuelva a cambiar. Por mucho que trate de controlarlo ocurrirá, no sé en qué sentido, nadie lo sabe. Sólo sé que hay cosas que siempre perduran, por eso no queda otra que ver hasta qué punto pueden hacerlo.
El tiempo es un arma que va en contra, que nos consume a cada paso, sin embargo también es el que nos enseña el camino y el que nos va aclarando dudas. Como decía la canción "¿Qué será, será? el tiempo nos lo dirá". Ojalá el tiempo juegue a nuestro favor. Si no, habrá que ser feliz de todas formas.
miércoles, 12 de enero de 2011
No del gusto
No canto muy bien, no soy buena en matemáticas, no soy ordenada, no soy una gran cocinera, no sé dormir si no es boca abajo, no soy la más inteligente, no soy una experta en cine, no soy delgada, no soy una belleza, no soy la mejor estudiante, no siempre hago lo que digo, no siempre digo lo que hago, no bailo bien, no tengo una voz bonita, no soy una experta en música, no sé pintar, no soy favorita de nada ni nadie, no sé hablar inglés perfectamente, no tengo estilo al vestir, no soy puntual, no gano nunca al Trivial, no soy fotogénica, no como sano, no destaco en nada, no soy normal.
Me gusta poner mis pies al lado del cepillo de las escaleras mecánicas, me gusta descubrir que en mi calle una fila de baldosas es distinta a las demás, no me gusta el oro, me gusta crujirme la espalda antes de dormir, me gusta ponerme el despertador en horas no puntuales, me gusta echarme el Nesqüik antes que la leche(fría) y tres cucharadas y media, me gusta hacer reír, me gusta ayudar a alguien y que me lo agradezca, no me gusta planificar las cosas, no me gusta mi perfil, me gusta engancharme a libros, me pone nerviosa cuando un globo explota cerca de mí, me gusta ir tarareando por la calle, me tranquiliza hablar sola, no me gusta llevar pendientes, me gusta repetir siempre el mismo proceso cuando me ducho, me gusta mirar como se mueven las nubes cuando voy por la carretera, no me gusta darle al botón "jamás para este equipo" es muy definitivo, me gusta imaginarme cosas antes de dormir, me gusta ver películas, me gusta ver ciertas películas sola, me gusta mirar el buzón y ver una carta para mí, me gusta meterme con el paraguas debajo de los canalones, me gusta andar descalza, me gusta el sonido de una azada en el campo, me gusta el olor a pueblo, no me gusta la gente falsa, me gusta probarme a mí misma. No me gusto en general, pero me encanta ser yo misma.
Me gusta poner mis pies al lado del cepillo de las escaleras mecánicas, me gusta descubrir que en mi calle una fila de baldosas es distinta a las demás, no me gusta el oro, me gusta crujirme la espalda antes de dormir, me gusta ponerme el despertador en horas no puntuales, me gusta echarme el Nesqüik antes que la leche(fría) y tres cucharadas y media, me gusta hacer reír, me gusta ayudar a alguien y que me lo agradezca, no me gusta planificar las cosas, no me gusta mi perfil, me gusta engancharme a libros, me pone nerviosa cuando un globo explota cerca de mí, me gusta ir tarareando por la calle, me tranquiliza hablar sola, no me gusta llevar pendientes, me gusta repetir siempre el mismo proceso cuando me ducho, me gusta mirar como se mueven las nubes cuando voy por la carretera, no me gusta darle al botón "jamás para este equipo" es muy definitivo, me gusta imaginarme cosas antes de dormir, me gusta ver películas, me gusta ver ciertas películas sola, me gusta mirar el buzón y ver una carta para mí, me gusta meterme con el paraguas debajo de los canalones, me gusta andar descalza, me gusta el sonido de una azada en el campo, me gusta el olor a pueblo, no me gusta la gente falsa, me gusta probarme a mí misma. No me gusto en general, pero me encanta ser yo misma.
lunes, 22 de noviembre de 2010
humor marroncasinegro
¿A quién no le ha pasado nunca estar en el baño haciendo sus necesidades y al acabar, darse cuenta de que no hay papel? Joder, es algo que por naturaleza le pasa a todo ser humano alguna vez en la vida. La situación depende de cada caso, por ejemplo: aquella vez que entras y antes de sentarte en la taza ya ves que no hay papel, pero en ese momento no tienes tiempo de pararte y hacerlo bien, no, lo importante es actuar, tan sólo piensas:"ya veré luego como lo hago". Otra forma es la que yo llamaría "la de la traición", sí, algún traidor y mala persona de tu misma casa te hace la mayor putada de la historia diciendo para sí mismo inocentemente: "bueno aún le queda para por si acaso". Hijo de perra. ¡El hecho de dejar un cuadrado final que en cuanto tiras de ello se queda pegado la mitad al cartón no es una ayuda! Precisamente es una gran putada. Es jugar con la ilusión de la gente joder, que tu entras al baño y te despachas agusto porque piensas que hay papel, que no hay preocupación ni problema, vaya que te sientes seguro de tí mismo. Y claro, el momento en el que echas mano y te das cuenta de lo que hay sientes una gran frustración. La tercera y última es la peor de todas: cuando hay bastante pero lo has despilfarrado. Sí, el ser humano es codicioso por naturaleza y aquí lo demuestra. ¡No puedes coger un trozo como harías si tuvieras poco no! Tienes que coger medio rollo cada vez, porque vas de sobrado, te sientes casi como un dios. Te dices a tí mismo "sí, soy el puto amo tengo todo el papel que quiera y lo voy a usar sólo por una cara, ¡me lo merezco joder!". ¿Qué ocurre? Pues también depende de los casos: si vas de muy sobrado puedes gastar el rollo de dos veces (algo bastante inusual) o por la emoción puedes desenroscar todo el rollo y que éste ruede por el suelo en cuyo caso pueden pasar tres cosas: que se quede cerca de ti lo recojas y hagas un revoltijo de papel, que llegue hasta la zona de la bañera y quede totalmente empapado o que quede impoluto pero sin embargo te toque hacer la maniobra. La famosa maniobra, por nadie nombrada por todos efectuada. A todos nos ha pasado que, mientras mandábamos el fax, alguna vez nos hemos tenido que levantar a por algo, como por ejemplo el rollo de papel de antes. Primero resoplamos con furia, lo cual no sirve de nada. Después, nos incorporamos y avanzamos lentamente de una forma que nos hace parecer neandertales, porque claro, a la vez que tratamos de no salpicar la taza, nos movemos con los pantalones por los tobillos lo cual impide mucho movimiento. El momento del clímax es cuando uno se vuelve a sentar en el váter. Si antes uno se sentía dios, no era nada comparado con lo que siente en ese momento. Es una de las pruebas más difíciles que nos pone la vida.
Así bueno, llegamos al punto en el que nos hemos quedado sin papel. Existen numerosas opciones sobre lo que puede ocurrir a continuación. Si estamos solos en casa, el procedimiento anterior se repetirá, pero esta vez iremos andando así por toda la casa tan sólo rezando porque no entre nadie en ese momento. La segunda opción es la de "la persona cercana", repetiríamos el movimiento pero sólo hasta la puerta del baño, la cual abriríamos y asomaríamos la cabeza de forma que contorsionemos el resto del cuerpo para que no sea visto y gritemos "¡Papeeel!". Da igual quien sea el que lo traiga, tu te desgañitas y en cuanto gritas la palabra mágica escondes también la cabeza y tan sólo asomas la mano por la puerta, no sé, así te sientes más seguro todavía.
Luego está el caso más embarazoso de todos: cuando estás en casa ajena y con gente con la que no hay confianza (ya sea novio o novia y derivados). ¿Qué hacer cuando en esta situación nos quedamos sin papel? Hay dos modos: La de morirte de vergüenza y pedirlo pese a que luego no puedas volver a mirarlos a los ojos y la del vidé o en su defecto ducha. Esta última también es aplicable cuando en nuestra propia casa no hay nada porque haga falta comprarlo. El procedimiento es simple: agua, jabón y...¡rezar para que en la toalla no quede ningún rastro que nos delate!
Muchas gracias
Así bueno, llegamos al punto en el que nos hemos quedado sin papel. Existen numerosas opciones sobre lo que puede ocurrir a continuación. Si estamos solos en casa, el procedimiento anterior se repetirá, pero esta vez iremos andando así por toda la casa tan sólo rezando porque no entre nadie en ese momento. La segunda opción es la de "la persona cercana", repetiríamos el movimiento pero sólo hasta la puerta del baño, la cual abriríamos y asomaríamos la cabeza de forma que contorsionemos el resto del cuerpo para que no sea visto y gritemos "¡Papeeel!". Da igual quien sea el que lo traiga, tu te desgañitas y en cuanto gritas la palabra mágica escondes también la cabeza y tan sólo asomas la mano por la puerta, no sé, así te sientes más seguro todavía.
Luego está el caso más embarazoso de todos: cuando estás en casa ajena y con gente con la que no hay confianza (ya sea novio o novia y derivados). ¿Qué hacer cuando en esta situación nos quedamos sin papel? Hay dos modos: La de morirte de vergüenza y pedirlo pese a que luego no puedas volver a mirarlos a los ojos y la del vidé o en su defecto ducha. Esta última también es aplicable cuando en nuestra propia casa no hay nada porque haga falta comprarlo. El procedimiento es simple: agua, jabón y...¡rezar para que en la toalla no quede ningún rastro que nos delate!
Muchas gracias
sábado, 30 de octubre de 2010
Nubes y pájaros
Nubes grises sobre la que me hace pensar,
sólo rompe el monótono gris un alado negro.
Como un estado de la vida que nos hace ser siempre igual
a no ser que una luz intensa atraviese nuestro cielo.
Al pájaro con impávido vuelo, no le damos importancia, sólo aquel que bata las alas con más fuerza
será el que llame nuestra atención.
Aunque no todo está en su fuerza, ni en su rapidez,
ni en su destreza
lo más importante es el momento, la casualidad. Que coincida tu mirada con su vuelo, que ésta se centre en él y sobre todo,
que en tu cielo desaparezcan nubes, soles y demás seres
porque él es el único que podrás ver ahora.
No es tu culpa, no es culpa del cielo, no es culpa del negro alado, ni siquiera de las grises nubes o el sol. Fue la casualidad la que hizo que él volara,
y en ese momento, tu estuvieras mirando.
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