sábado, 30 de julio de 2011

Ignarus, del latín ignorante

Control, manipulación, conspiración.
Esta es la historia de Ignarus. Digamos que la fecha y el lugar de su nacimiento no son relevantes. Ignarus, tal y como querían sus padres desde antes de su concepción, practica la religión del Famulatus, ¿por qué no iba a hacerlo si es lo siempre ha hecho y ha visto hacer? Pues bien, nuestro protagonista no es más que un ciudadano. Es un número: un número de pie, un número de talla de pantalón, un número de cuenta bancaria, un número de la seguridad social, un número de identificación.
¿A qué se reduce la vida de Ignarus? La vida de Ignarus se basa en una serie de reacciones químicas y biológicas capaces de hacer que tenga lugar su existencia. Sin embargo, aquello a lo que llamaríamos consciencia y razón no podría ser tan real como creemos. Imagina el día a día de esta persona:

Suena una alarma, Ignarus se despierta programado por un despertador. Con lentitud apaga el aparato de marca Casio. Poco a poco se va levantando de su colchón Pikolín y camina por su casa con baldosas Pamesa. Tras tomar un rápido desayuno en su cocina Balay, que consistía en una taza de Nescafé y leche Central Lechera Asturiana, vuelve a su dormitorio y se viste con esos pantalones marrones de Springfield. Sale de su edificio construido por ACS y, subiendo a su coche Seat se dirige al trabajo.
Respecto al trabajo, ¿qué más da cual sea? Seguramente consista en hacer prácticamente lo mismo cada día, y ¿para qué?
- Para ganar un sueldo
- ¿Para qué utilizará ese sueldo?
- Para pagar sus impuestos, su casa y su comida
- Pero una casa es muy cara, ¿cómo podrá pagarla sólo con un sueldo mensual?
- Los bancos le ayudarán
- Qué amables y ¿sin pedir nada a cambio?
- Hombre...le piden que poco a poco les vaya devolviendo el dinero prestado y un pequeño porcentaje extra por haberle ayudado
- ¡Ah bueno! Pero...si Ignarus les ha pedido dinero es porque no tiene nada, ¿cómo va a devolver más dinero del que tiene?
- Pues...tendrá que trabajar más duro para poder ganar más dinero y así poder devolverlo.
- Pero si trabaja más y gana más dinero...entonces sus impuestos subirán y ¡entonces seguirá sin poder pagarlo! ¿Qué debe hacer entonces para cambiar esta situación?
- ...

¿Por qué un proceso sin salida, que tan sólo consiste en dar vueltas en un gran círculo vicioso, es llevado a cabo por prácticamente toda la población de occidente?

Porque como Ignarus, todos somos unas marionetas, somos unos meros títeres que tan sólo se dejan llevar por la masa y no piensan en el porqué de sus propios actos.
Ignarus fuma, ¿por qué? A quién le importa, lo hace y ya está. Y como él millones de personas. Es malo, claro que sí, pero da mucho dinero, entonces es malo pero necesario. ¿De verdad alguien se cree que haya algún mandatario preocupado por la salud de todos los ciudadanos? ERROR, nadie, salvo tú mismo eres el responsable de lo que te ocurra. A veces es incluso imposible que tú mismo lo seas.

O es que acaso ¿crees que la ropa que vistes te gusta?
¿crees que notarías la diferencia entre Central Lechera Asturiana y Pascual sino supieras de antemano que son distintas?
Por supuesto que no, no lo sabes, nadie lo sabe, porque únicamente estamos guiados por lo que los que sí que lo saben quieren.
Aquellos que controlan el dinero, ese dinero ficticio que ni siquiera tiene valor, aquellos son los que te dicen qué te tiene que gustar.

No es lo mismo una casa en ruinas que una casa rodeada de luz y arco iris. Todo está en cómo se perciba a simple vista, y de ello se encargan aquellos que nos manejan y manipulan. A través de los medios de comunicación, de las marcas comerciales, de las religiones, de la política y, cómo no, de las redes sociales.

El ser humano es complejo, pero a la vez increíblemente simple. No nos basta con que nos digan lo que tenemos que hacer, sino que además nos gusta.
Nos hacen creer que para que medio mundo pueda vivir a gusto, el otro tiene que estar muriéndose y pasándolas putas.
Hasta hace poco creía que esto era así, pero estoy segura de que no, porque hasta hace poco también creía que era libre.

Llamadlo Mito de la Caverna de Platón, llamadlo Matrix, llamadlo el Show de Truman, llamadlo como queráis, pero sed conscientes y abrid los ojos de una vez. No hay más ciego que el que no quiere ver.