lunes, 31 de mayo de 2010

¿Medio lleno o medio roto?


Poco a poco las comisuras de mis labios se tensan hacia arriba. Unas pequeñas arrugas se forman en el contorno de mis ojos y mis mejillas se elevan. Todo esto me ocurre de forma involuntaria. Y todo porque me he dicho a mí misma: sonríe. Me estaba planteando sobre qué podía escribir, acababa recurriendo a temas bastante tristes y existenciales, de los cuales me gusta hablar, pero de los cuales también necesito desconectar a veces. Quería algo positivo, necesitaba gritar al mundo ¡que me apetece sonreír!¡que quiero gritar de emoción! lástima no poder saltar mientras escribo, de poder ser así ahora mismo las nubes me mirarían desde abajo planteándose que clase de poder me impulsó hasta allí.

No tengo motivo en concreto para estar así, sin embargo ¿acaso es necesario?. Hay días en los que sin saber porqué te levantas y sientes que es un mal día, a partir de ahí todo te sale mal y no ves el vaso medio vacío no, lo ves enteramente vacío. Esos días nadie los discute porque parece comprenderlo todo el mundo, entonces ¿porque la gente no comprende de igual forma los días felices sin más? ¿Es que tiene que haber una razón para todo? Señoras y señores esta mañana me quedé dormida dos horas después de que sonara mi despertador, no tengo tabaco y cuando he salido de la ducha he roto un vaso en el baño que se ha roto en mil pedazos,mañana tengo un examen, pero ¿saben qué? ¡me da igual! Estoy sonriendo. Cada día es un regalo de la vida que hay que disfrutar. Si hoy sonrío mañana podré volver a llorar, ¿quién sabe? a lo mejor vuelvo a sonreír. Por eso agradezco tener una vida, porque cada día es una aventura que nunca sabemos que nos deparará. ¿Felicidad? Siento tener que desechar esa idea de mi mente. La felicidad no existe, como bien decía la canción, lo que existen son los momentos felices. Realmente son los que dan sentido a la existencia. Todo lo que hacemos es por el fin de alcanzarla. Lo bueno no es alcanzarla sino disfrutar del trayecto. Esta felicidad plena no existe, tan sólo existe para aquellas personas insensibles diría yo, ya que todo no puede ser perfecto, siempre hay algo que puede mejorar. Lo que hay que hacer es disfrutar de aquellas cosas casi perfectas, alegrarse, dejar que esa sonrisa nos envuelva y que el aire entre en nuestros pulmones llenando los huecos que las tragedias nos dejan. Es un relleno simbólico, porque hay huecos que jamás se podrán volver a tapar. Pese a ello no debemos amargarnos al pensar en que ya terminó, en que no volverá a ocurrir sino que debemos alegrarnos porque algún día ocurrió, o porque alguna vez nos sentimos felices con ello.

Olvida todo lo malo que te haya pasado hoy. Chasquea tus dedos y déjate llevar por una música que no existe pero que tú conoces. Esa música que todos llevamos dentro. En la que pensamos cuando nos dejamos llevar, cuando actuamos sin pensar, cuando reímos a carcajadas, cuando nos sentimos despreocupados...la que va acompañada de esa sensación que te sube por la espalda.

Ojalá pudiera describiros cómo estoy ahora mismo. Lo intentaré: Estoy escuchando música (MIKA gracias, este hombre me ha animado muchísimo siempre), estoy sentada en la cama y mis pies no pueden parar de moverse, son la parte de mi cuerpo que baila porque yo estoy tratando de escribir a la vez que disfrutando del momento. De vez en cuando mis brazos se separan del teclado y se unen a mis pies en el acompañamiento de la música y desde que he escrito la primera línea no he dejado de sonreír.

Con tan sólo pensar "quiero sonreír" se consigue y es una droga, la mejor y más sana del mundo. Nada en esta vida es suficiente como para hacer que nunca más seamos capaces de sonreír. Las únicas cosas que debemos permitir en algún momento que nos pongan tristes o ablanden nuestra felicidad, son las cosas que en algún otro momento nos produjeron cierta satisfacción. Pero debemos de saber valorar si compensa nuestra tristeza con la felicidad que fueron capaces de hacernos sentir.

El vaso no siempre está medio lleno, sin embargo podemos rellenarlo hasta que esté completamente lleno. Todo depende de nosotros mismos. Así que no creas que hace falta una preparación específica para lograrlo, tan sólo hazlo.

sábado, 29 de mayo de 2010

El día en que los recuerdos nublaron mi mente...

No puedo dejar pasar más tiempo. Tengo demasiadas cosas en mente guardadas, necesito un respiro. Es que así no hay quién estudie. Ayer fue un día bastante raro. Volví al pasado, en casi todas sus formas. Sin darme cuenta, la peor temporada de mi vida me vino al recuerdo de golpe y me dejó K.O. Lo peor no es sólo haberlo recordado, sino haberme dado cuenta de más cosas que antes no había entendido.

Pensaba que tan sólo yo era sufridora de mis propios actos, sin embargo ayer me di cuenta que una de las personas a las que más quiero en esta vida, lo pasó incluso peor que yo. Le hice sufrir. Además de haber estado mal fui una egoísta. Me doy cuenta de que únicamente pensaba en mí: en MIS "enfermedades", en MIS ansiedades, en MIS depresiones, en MIS notas, en MI estado de ánimo, en MI, en MI, ¡en MI! ¡Joder! ¿y qué pasaba con MI familia?¿y MIS amigos? ¿al estar fuera de MI persona ya no tenían importancia? Ayer me planteaba porqué cojones había tenido que tomar yo pastillas, porqué bebí los vientos por un médico que sólo me aumentaba la dosis...hablando con ella me di cuenta de que no todo era como siempre había pensado. Siempre creí que yo sola había sido la víctima, sin embargo todo cuanto había a mi alrededor pasó a serlo también. Lo único que se me ocurre decir es lo siento.

Siguiendo con el día de ayer más recuerdos me asaltaron, creía que ya lo tenía superado, pero con unas pocas fotos antiguas todo cambia. Era la impotencia la que empujaba a las lágrimas fuera de mis ojos. Impotencia no por tratar de cambiar el pasado, sino ese sentimiento de nostalgia fortísima que te atraviesa desde el pecho hasta la garganta, ese sentimiento que te impide tragar e incluso respirar, ese sentimiento que intentas no oir en tu cabeza. Lo sientes pero no lo escuchas, porque tratas de mantener una llama encendida dentro de tí para que siempre quede el recuerdo y la esperanza. Pero que sin embargo te hace saber que no la volverás a ver nunca más. También lo siento, por no haberte dicho nunca todo lo que te quería ni haberte entendido mejor. Otra vez yo misma me traicioné, pensando sólo en MÍ, en MÍ misma y en MIS problemas. Lo siento.

Tras un día lleno de recuerdos que me hicieron menguar, llegó un momento en el que no sabía qué hacer: estaba en mi habitación, no quería comer, ni fumar, ni moverme, podría permanecer sentada en la silla de mi escritorio eternamente que apenas notaría algo. No era tristeza lo que sentía, ni impotencia, tan sólo estaba bloqueada y pendiente de seguir consciente. Por suerte unas palabras bonitas hicieron que saliera de mi letargo y me animaron el día. Puede parecer una estupidez o todo lo contrario: que dé demasiada importancia a esas palabras. Cualquier otro día a lo mejor unas simples palabras hubieran pasado apenas por un simple elogio para mí, sin embargo, ayer, esas simples palabras me hicieron sonreír y volver a la realidad: a la dura, jodida y sin embargo a veces dulce y apacible realidad. Aunque no sepas ni de la existencia de esto: GRACIAS, no creo que seas consciente de lo que unas míseras palabras pueden hacer por una persona en el momento oportuno.

Ayer, antes de dormir, me puse una película. Los tres caballeros. Recuerdo que cuando cuidabas de mí siempre la veía. Tal vez sólo yo me acuerde de esto, es lo más probable, pero lo sé. Como ya dije un día no necesito nada material para poder acordarme de tí. Acordarme significa haber olvidado previamente. De eso te aseguras tú apareciendo en mis sueños de vez en cuando, de que no haya olvido, y te lo aseguro: no lo hay.